José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: A media asta
En esta última semana "santa", se han producido dos hechos que nos retrotraen a la época del nodo, y al siglo XIX. Las banderas a media asta, y la legión cantando "el novio de la muerte a los niños de un Hospital infantil de Málaga. Vuelve la España gloriosa, grandilocuente, firme en sus convicciones. Aquella que educaba, adoctrinando y evitando que la gente descubra la verdad por sí mismos.
Bien es cierto, que ahora son un poco más sofisticados. Nuestros "representantes" manipulan el lenguaje para hacernos creer cosas que no son. Acuden a las procesiones, no en masa, sino unos cuantos rezando y perdonándose los pecados, día sí y otro también.
Se vanaglorian del cumplimiento de la ley, y de la independencia de los jueces, pero cuando algún auto les perjudica, se considera inaceptable y se habla de una conspiración judeomasónica. Los portavoces evocan la sabiduría y la ejemplaridad del líder supremo, según ellos, paladín del buen gobernante.
Son los ases de la economía, y multiplican los panes y los peces. Han liberado a España de las penurias y las miserias. Son capaces de curar todas las enfermedades de la población, e incluso llegan al sumun de crear milagros, leáse el caso del Canal de Isabel II en Madrid, y Emarsa en Valencia, dónde convirtieron el agua y los lodos en euros para sus bolsillos, incrementando exponencialmente el recibo del agua y basuras de los ciudadanos.
Si no fuera por la profesionalidad de muchos miembros del poder judicial, fuerzas de seguridad y periodistas, podríamos decir, que no existe lo que tendría que ser un símbolo de la democracia actual, la separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.
Las escuchas telefónicas de la Operación Lezo (Ignacio Gónzalez, en conversación con el "ya olvidado" Eduardo Zaplana: "Yo creo que a ver si podemos colocar el tema del fiscal anticorrupción ¿sabes?, se llama Manuel Moix, un tío serio y bueno……"), y la postura del nuevo fiscal, de intentar frenar parte del operativo que estaba montado por la Guardia Civil y el juez Velasco, evidencian el porqué de su nombramiento ad hoc, y nos alertan de que al gobierno le interesa que la democracia y las personas permanezcamos a media asta.