Cuando me decían "verás los terribles dos años", a mi me temblaba todo,.. y si, claro, el año y medio y dos años tuvimos momentazos de película de ciencia ficción con rabietas y pataletas que superaban con creces mis expectativas, pero superadas en varias etapas entre el año y medio y los dos años y medio tuvimos un largo periodo en el que parecía que habian desaparecido... ¡pues no!
Alicia empezó el colegio este año y no te puedes imaginar la de procesos que hemos vivido desde entonces, rabietas por ni tan siquiera saber por qué, así sin más... durante más de una hora... incluso en algunas ocasiones llegando casi casi a los dos años. Créeme cuando te digo que la mayoría de las veces no llegaba a comprender por qué, de repente, se le torcía el morro y se le cruzaban los cables. Parecía una niña poseída. Y cuando crees que lo tienes controlado, que mejora, que las rabietas van menguando, duran media hora, o veinte minutos, y llegan incluso a cinco minutos y crees que todo va a mejorar algo vuelve a pasar, que evolucionan y ya no son rabietas como antes. Ahora son caprichos, son frustraciones en toda regla por no poder salirse con la suya, es echar un pulso a ver cuanta paciencia tienes, a ver quien gana, si ella o tu. Y desde luego que no es cuestión de ganar pero creo que me entiendes, y si no te lo explico.... me da la sensación de que una, cuando se encuentra ante semejante situación, tiene que mantener firme su actitud ante el pequeño que tiene enfrente y ser firme, no mostrar flaqueza...
Ayer nos montó una algarabía en la calle porque a la salida de una cafetería no se quería poner la chaqueta y el abrigo... es que no se me ve la camiseta rosa de minnie, eran las 8:30 y refrescaba. Era la única opción viable, poner chaqueta y abrigo. Se puso de todas las formas posibles, sentada, en cuclillas, tumbada, mordiendo las prendas... gritos, insultos, manos en alto lágrimas, y lloros... pues ante todo eso como no atendía a mis explicaciones (me agaché a su altura para explicarle porque mamá y papá querían abrigarla) dejé de prestarle caso a toda esa explosión de sentimientos encontrados y le puse como pude la chaqueta y el abrigo... y al final, cuando vió que no conseguía nada y papá y mamá cada vez le hacían menos caso, terminó por dejar esa actitud caprichosa y entendió que efectivamente había que ponerse toda esa ropa encima.
Benditos fines de semana que comparto con su querido papi estos momentos, porque comerme dia si y dia también entre semana estos episodios "fantásticos" de la crianza terminan hinchándome la vena de la sien, el viernes acabo tan agotada de poner al limite mi paciencia toda la semana que estoy ko y me acuesto al poco de acostar a la niña.
Hay conocidas que me intentan animar diciéndome que es un proceso normal en la edad de Alicia, que está creando su carácter. No te digo que no, pero debajo de todos estos comportamientos (que supongo que sí, que son cosas de esta edad) quiero pensar que no quedará con un carácter así, que evolucionará, que son etapas y que algún día todos estos días de llevarnos al límite a su padre y a mi habrán servido para algo. Vamos, yo quiero pensar que sí.