Félix Hernáez Casal
Tranquilidad y buenos alimentos
Llegó la derrota en casa y lo hizo de forma dolorosa.
En un partido jugado de poder a poder, con ritmo, ocasiones para los dos equipos y mucho más abierto de lo que cabía esperar, un "churro" decidió un encuentro en el que de ninguna manera el Pontevedra CF mereció salir derrotado.
Es el momento tras perder la condición de invictos como locales de mantener la tranquilidad y observar la botella medio llena.
El equipo compitió bien; plantó cara en todo momento y demostró que puede pelear contra cualquiera sin complejos y mirando de frente a sus rivales llámense Racing de Santander, Ponferradina o Celta B.
No se puede esconder que la baja de Mario Barco es un palo importante en las ruedas del proyecto de esta temporada pero lo cierto es que ayer el Pontevedra trabajó con entusiasmo sobre el césped y generó oportunidades más que de sobra para batir la portería racinguista.
El conjunto granate volvió a comportarse como un bloque y en especial en el primer tiempo debió convertir algunas de las acciones en ataque de las que se dispusieron para ponerse en ventaja y posiblemente amarrar un partido en el que marcar primero resultaba enormemente importante.
Solo en un lance del juego tuvo el Pontevedra dificultades desde el principio como premonición de lo que finalmente acabó pasando a un cuarto del hora del final, el juego aéreo defensivo.
Bien es verdad que los saques de esquina y alguna falta botados por el Racing fueron en su mayoría enviados con verdadero veneno pero también es cierto que encontraron remate en más ocasiones de las que resultarían deseables. Esa falta de contundencia por arriba se notó en exceso en el gol visitante permitiendo una serie de toques dentro del área que finalizaron con esa pelota golpeada de forma extraña que a la postre terminó por decidir el choque.
Pero al margen de tal circunstancia, el Pontevedra no fue peor que su prestigioso rival y controló a uno de los delanteros más importantes de la categoría como Dani Aquino con solvencia salvo en la primera jugada del segundo tiempo. En ese sentido, el partido de los dos centrales fue notable y especialmente llamativo resultó el de Bruno por su apreciable crecimiento esta temporada.
Es inevitable tras el partido dedicar un poco de tiempo a lamentarse de la oportunidad perdida sobre todo teniendo en cuenta la más que sorprendente derrota de la Ponferradina. Pero ese tiempo para lamerse las heridas no debe ser en ningún caso demasiado.
El equipo compitió bien una vez más. Tuvo opciones de colocarse por delante y cambiar el signo del partido y en líneas generales fue acreedor de al menos un empate que habría reflejado con mucha más exactitud lo visto sobre el terreno de juego.
Nuestra posición en la tabla sigue siendo envidiable. Es cierto que el filial del Valladolid se acerca tres puntos pero su partido de esta jornada era mucho más propicio que el nuestro para sumar de tres en tres. La Ponferradina ha vuelto a fallar de manera estrepitosa y tras el conjunto berciano no se aprecia todavía a ninguna otra escuadra acumulando victorias consecutivas para inquietar la cuarta plaza.
Faltan por otro lado ocho días para que finalice el mercado invernal. No podemos negar que la mala suerte se ha cebado con el Pontevedra al sufrir esta lesión tan importante en un jugador como Barco. Ojalá tuviéramos la capacidad del Racing de Santander, Ponferradina o incluso Celta B para incorporar jugadores de talento para sustituir las bajas.
Pero sabemos que esas posibilidades con las que contamos son menores y no desequilibrar las cuentas del club de manera peligrosa sigue resultando fundamental. Aún así, el club se mueve para intentar traer un hombre ofensivo que ayude en esta etapa de la temporada en la que nuestro pichichi debe observar los partidos por televisión.
Lo anterior, no debe ser utilizado para minusvalorar a Mateu. Ayer, el balear peleó mucho aunque sin suerte ante la experimentada defensa montañesa y cuenta con argumentos más que de sobra como para defender esta oportunidad que se le ha presentado. Mas incorporar a la plantilla a otro jugador en ataque parece algo casi obligatorio.
Toca esperar que el Consejo acierte y venga alguien que ayude a remar en esta travesía en la que se navega con buen rumbo a pesar de la tormenta de ayer.
Pese a la derrota, la imagen ofrecida ayer transmite tranquilidad y esperanza en el sentido de que el equipo no se va a venir abajo y seguirá compitiendo para no bajarse de los puestos de privilegio.
Queda mucho camino todavía y las opciones de cumplir el sueño de meterse en el play off siguen intactas.