José Antonio Gómez Novoa
Entre copas
Me he sumergido de lleno en un viaje de emociones gastronómicas en estas fiestas, compatibilizando la ingesta de todo tipo de dulces navideños con la presencia diaria en el gimnasio.
El maridaje gimnasio/comilona, está siendo catastrófico para mi salud física y mental. Me autoflagelo mirando las kcal que consumo, y después me pongo la indumentaria deportiva para intentar recuperar lo "ganado". El domingo, hice la suma de las etiquetas de los productos consumidos, y la suma contando sólo los postres era de 5118.
¿Qué significaba eso para mí?, pues nada menos que 5 sesiones de spinning de 1 hora, y un paseo con la perrita de 3 horas. Con tal donaire y salero, conseguí que la bicicleta estática se desplazara del gimnasio hasta estación de tren, ante la sorpresa de mis acompañantes y del monitor que ha propuesto mi baja por intento de robo. La perra, en el minuto 99 decidió abandonarme y acompañar al vecino del 1º que regresaba de la compra del amigo invisible.
Recuperaba mi tipín para el siguiente ágape, pero me acompañaba un dolor intensísimo, en la parte final de la columna vertebral y la rabadilla que no remitía en las 24 horas del día.
Hoy vendrá el roscón relleno de nata de 378 calorías por cada tajada, y aprovechando este artículo que escribo tendido boca abajo, procedo a utilizar las redes sociales para enviarle un mensaje a los reyes, en el que me declaro vegano sine die, y le pido salud y bienestar para todos. Feliz año.
@ novoa48