Manuel Pérez Lourido
Phil Collins again
Sabía que esto ocurriría. Sabía que todo lo que tengo de atrabiliario y provocador haría que un día cualquiera saliese en defensa de un músico como Phil Collins.
Phil Collins es calvo y multimillonario ¿Qué significa exactamente multimillonario?, ¿a partir de cuántos millones lo eres? Bueno, casi otro tanto sucede con lo de ser calvo, pero no sigamos desbarrando. Aunque redactar un loquesea para defender a una estrella maldita del pop y no desbarrar es algo imposible.
Antes de ser estrella maldita del pop, Phil Collins fue una leyenda viva del rock, y ese primer estatus generó el actual. Por el medio, la partida de Peter Gabriel del grupo que compartían con Mike Rutherford y Steve Hackett: Genesis. Y posteriormente, un par de albumes meritorios y después la mediana edad, el cambio de perspectiva y el éxito masivo. Cuando Collins puso a Genesis en las lista de exitos empezó a caerle mal a sus antiguos fans y, lo que es más sorprendente, a gente que jamás había escuchado su música antes. Se llama "antipatía por ósmosis" y me lo acabo de inventar, claro. Cierto público no perdona que te hagas multimillonario (sea lo que sea esto) y menos que hagas música comercial (es un oxímoron, puesto que el negocio de la música es eso, un comercio). La gente te juzga por patrones trasnochados que pasan de generación en generación y que no se cuestionan porque el lenguaje de la tribu no se hizo para cuestionarlo. "Calidad", "comercial", "auténtico", "independiente", son conceptos sublimados que no aguantan medio asalto de raciocinio en su estática formulación.
La cosa llegó al extemo del odio. Breat E. Ellis en "American Phsyco" hizo que su demenciado protagonista fuese un fan obsesivo de los Genesis liderados por Collins. Vale, estaba majareta y solo podía ser obsesivo, pero podría haber escogido a otro músico, uno ya fallecido. Antonio Machín, yo qué se...
Cuando atravesé la adolescencia, aunque en realidad ella me atravesó a mi, Peter Gabriel era guay del paraguay y Phil Collins caca de la vaca. Recuerdo haber ganado una apuesta porque sabía que el cantante del directo "Seconds Out" era ya Collins y no Gabriel. El calvo se las arregló para dar un registro vocal muy cercano al de su ex colega.
Cuando Gabriel sacó su tercer disco en solitario y salió repeinado y guapeado para vender canciones bailabes y radiables, y rompió su techo de éxito y ganó pasta a mansalva, no recibió ni una centésima parte de dardos que el pobre calvo.
Collins siempre fue un poco payasate, un magnífico batería y hábil compositor, además de un estupendo intérprete y voz solista. Pero todos sus méritos quedaban opacados por haber llevado a Genesis a las radiofórmulas, que es un pecado que los puristas no creen que se pueda lavar ni con VipExprés.
Tras trece años de silencio, a finales del 2015 Collins filtró sus deseos de grabar un nuevo disco. Sus detractores se organizaron. ¡A por el calvo!. Apareció una cuenta en Change.org recogiendo firmas para que no lo hiciese."En el mundo hay ya demasiado sufrimiento tal y como es. Hay que detener esto" rezaba la petición. Solo el impacto mediático de la babosada ya es munición suficiente como para cobrar la pieza.
En Enero del presente año su discográfica ha comenzado a sacar ediciones remasterizadas de sus discos en solitario.
Por mi parte, ahora mismo me voy a poner "And then, they were three" y después, ya en plan jorobar, "I can't dance", aunque sea en youtube.