Tribuna Viva
El mundo es una mierda, ¡pues haz algo!
- Joder Sebas, estoy harto de los bancos y de sus comisiones. Son unos ladrones: han estafado con las preferentes a mi abuelo, han echado de su casa a unos amigos de mi madre, nos roban con las tarjetas black... Y lo peor es que ya han ido a la cárcel más titiriteros que banqueros, con la de pasta que hemos perdido para rescatarlos, qué rabia me da... ¡menudo país de pandereta!
- ¿Y tú donde tienes tu dinero?
- Ehh... ¿y eso qué más da? Si son todos iguales...
- Eso lo dirás tú, Lucía, yo tengo mi dinero en un banco ético.
- ¿En un qué? No me hagas reír, anda Sebas...
- Lo que escuchas. Yo me he cambiado porque quejarse solo no vale de nada. En donde estoy ahora solo invierten en economía real, en proyectos de carácter medioambiental, social y cultural. Y lo mejor es que a través de la página web yo puedo ver en qué proyectos de Galicia y de España está siendo utilizado mi dinero. Vete mañana a tu oficina y pregúntale donde está ahora tu dinero, a ver qué te contesta.
- A saber... seguro que a la empresa que más beneficios les dé, sin mirar nada más. Y lo peor es que no creo ni que yo lo pueda saber. Pero, ¿y ese banco tuyo es seguro?
- Pues más que tu banco, Lucía. ¿No te estoy diciendo que no especulan en bolsa? Al que han tenido que rescatar porque estaba arruinado es a tu banco, no al mío. Además, cuando en el próximo telediario digan que la prima de riesgo está por las nubes y las bolsas por los suelos yo tendré la conciencia tranquila, porque mi dinero no está ahí.
- ¿Y por qué no hay más gente en esos bancos éticos entonces?
- Pues me imagino que mucha gente aún no los conocerá, a otra les dará pereza cambiarse, otra se echará para atrás porque no les van a dar tantos intereses como en su banco tradicional, porque al no especular en bolsa y no invertir en las empresas que más beneficios dan, como las armamentísticas u otras que violan derechos humanos por ejemplo, pues el margen de beneficios para el cliente también es menor.
- ¡Uy, qué rollo, Sebas!
- ¡Pero si hace 5 minutos estabas despotricando de los bancos! Te he dado una solución, ahora si no participas para que las cosas cambien no te quejes, pero deberías de ser un poquito coherente con tus principios, ¿no crees? ¿Por qué le das tu dinero a entidades bancarias que estafaron con las preferentes o que especulan en las subastas de la luz para ver cuántos miles de millones pueden ganar haciendo de intermediarios entre las eléctricas y el gobierno, ayudando a generar un sobrecoste que les supone a las familias (aquellas que todavía no han sido desalojado de sus casas por los bancos) una dificultad enorme para poner la calefacción en invierno?
- No seas malo... no me hagas sentirme culpable.
- No es eso, Lucía. Pero si realmente crees que las cosas deberían de ser de otra forma hay que dar un paso adelante. Deberíamos de valorar más el poder que tenemos cada uno de nosotros con nuestras acciones. ¿Te imaginas si todas las personas que están tan hartas como tú decidieran hacer algo al respecto?
- Uf, pues se llevarían un buen susto.
- Es que si ahora que sabes que hay esta alternativa no haces nada, eres cómplice por pasividad. Es como el que vota a ladrones, igual. Para que el mundo cambie nosotros tenemos que cambiar primero. Toca implicarse. No vale la excusa de que todo el mundo lo hace, o porque yo haga eso no va a cambiar nada. Un profesor me dijo una vez que quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusa.
- Está bien pesado, que tienes razón, ya lo he entendido ¿vale? No me vengas con filosofía barata. Pero a ver, entonces dime ¿cómo se llama ese banco ético tuyo?
- Pues hay varias opciones, pero tendrás que buscar algo por tu cuenta, ¿no? No te voy a contar yo todo, que a mí no me pagan por hacerles publicidad. Ahora vas y pones en google: "banca ética en España" y luego hablamos.
- Eres de lo que no hay Sebas...
Daniel F.