Manuel Pérez Lourido
¿Ruptura o fractura?
Tras la luctuosa tregua generada a raíz de los sucesos de París, el tema catalán reclama otra vez su cuota de pantalla. Allá vamos.
España se rompe. Cachitos de hierro y cromo. Se rompe por el nordeste, un territorio gobernado por C3PO a juzgar por términos como "desconexión". Y la culpa la tiene el Estado. "El Estado" es un ente culpable de por sí, como "la Administración". Ya lo dijo Pujol en cuanto sus adversarios políticos intentaron que visitase a un juez por el caso Banca Catalana: es un ataque del estado español. Español, español, español, ¿recuerdan? Desvanecerse la chispa de La Roja y comenzar la cuenta atrás de la "desconexión" fue todo uno. Para los que no creen eso de que el deporte es lo que más une.
Hay quien dice que CDC (el progenitor de C3PO) se echó en brazos del independentismo sin anestesia por culpa del chato horizonte y tremendo pasado de Artur Mas. Pero seguramente se exagera. Mas sabía que estaba perdiendo fuelle y que su mentor Jordi Pujol se había quedado sin aire, por más chulo que se pusiese, que se puso, en el Parlament. Y, sostiene la plebe, se dijo "from lost to the river" y se envolvió en la estelada como si fuese un sudario para pasar a la posteridad, que es un lugar inimaginable porque nunca se llega a vivir en él.
Un amigo atrabiliario en grado sumo, me preguntó el otro día, ¿ruptura o fractura? Le digo que fractura es lo de los huesos y me contesta que el procés catalán es un duro hueso que roer. Para el gobierno que sea. Sea que prosiga la montaraz hégira hacia ninguna parte del PP, sea que mudemos al acojone colectivo del experimento Sánchez (si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción...). Los otros, los benjamines, no gozan aún de confianza. La ciudadanía prefiere que, de ser chuleada, la chulee gente con experiencia.
Mientras, el pueblo llano (cada vez más allanado, más plano, más mindundi), no sabemos si comprar cava por Navidad o sidra El Gaitero. Eso me dijo también mi amigo ¿cava o sidra? Le cité un verso bíblico, el de no pagar mal por mal. Y me miró mal.