Beatriz Suárez-Vence Castro
Un segundo más
La tierra avanza más lenta. Esto se debe, según los expertos, a que las fuerzas ejercidas sobre ella por el sol y la luna, así como la fricción de las mareas y los vientos han ralentizado su movimiento de rotación. Esta lentitud de la tierra nos dará, paradójicamente un año más largo: 2015 tendrá un segundo más que el año anterior.
Estos segundos que se añaden a nuestra vida de vez en cuando, se llaman segundos intercalares y tienen como función sincronizar los relojes atómicos, los más precisos que existen, con el movimiento de rotación terrestre. El tiempo atómico es constante pero la rotación de la tierra, no.
El segundo intercalar se viene introduciendo desde 1972. Este año se añadirá, concretamente, la medianoche del 30 de junio.
La medida tiene partidarios y detractores. Estos últimos afirman que sólo se realiza por tradición y que no tiene realmente ventajas prácticas.
A mí me encanta la idea de tener un segundo más. Parece una medida mínima de tiempo, apenas nada. Pero es un segundo lo que se tarda en decir sí o no. Un segundo puede cambiar una vida.
Hacemos cosas todos los días que no duran más que un segundo: saludar, sonreír, dar la mano. No nos lleva más de un segundo cerrar los ojos o abrirlos; pisar el freno o el acelerador. Es tiempo suficiente para disparar un arma o dar una bofetada. La vida la hacemos segundo a segundo.
Nos quedamos tantas veces con cosas por decir o hacer que un poquito más de tiempo es un regalo. Un momento más para estar con alguien a quien queremos. Para alejar de nuestra mente una mala idea.
Quedan cinco meses y algunos días para la medianoche del 30 de Junio. Poco antes haremos hogueras en San Juan, donde quemaremos todo aquello de lo que queramos desprendernos. Mientras esperamos que se note en la calle la mejora económica que se anuncia para el 2015 podemos hacerlo, desde ahora, íntimamente prometedor. Pensemos en qué vamos a emplear ese segundo de más que nos han dado.
El segundo intercalar es, al fin y al cabo la realización de un deseo que parecía imposible: Tener más tiempo. ¿Por qué no van a cumplirse también los demás?