José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Estado de malestar
María es hija de una gran dependiente con un 90% de minusvalía reconocida desde hace más de 3 años . En base al empeoramiento de la situación clínica de su madre (Enfermedad de Parkinson), decide acompañarla en los últimos años de su vida, ya que necesita atención las 24 horas del día.
Su madre, que había tenido tanta vida, que había dado todo por sus hijos y los demás, que siempre tenía una sonrisa, con su don de gentes, con lo que había viajado y compartido, con lo que había querido y con lo que la querían
En un camino sin retorno fue decayendo su estado de salud: Era incapaz de estar de pie, sus frases no tenían sentido; había borrado de su mente los refranes que utilizaba de continuo; tenía dificultades para tragar, para comunicarse, y, ya no conocía a nadie
Mientras tanto María y su familia (hace más de 1 año) comenzaron un periplo administrativo con las autoridades autonómicas y sus organismos dependientes (caso real, en casi todos los lugares de la geografía española), iniciando una relación epistolar, electrónica y personal", solicitando ayudas que según la legislación vigente le correspondía para cuidados en el ámbito familiar. Pasados 16 meses no recibieron ningún documento ni en sentido negativo ni en positivo.
Las respuestas a sus llamadas telefónicas y a su presencia en el servicio de dependencia, han sido. Ej: "Está usted en la lista de espera". "ya está concedido pero depende de un programa informático" "no se preocupen el próximo mes ya reciben la prestación", "está todo hecho pero en manos del interventor que lo revisa todo", "estamos a expensas de la reforma de un decreto que cambia el procedimiento y las cuantías".
Lo que piensa María al igual que la mayor parte de las personas que atienden a los grandes dependientes es: "que la administración espera a que el enfermo fallezca o que los cuidadores desistan de sus peticiones por cansancio". Todo ello con el fin de no dar cumplimiento a la ley de dependencia.
Por otra parte inundan los mass media de iniciativas, inauguraciones de centros (muchos de ellos vacíos en los que entierran los millones de euros invertidos), de estadísticas de "cumplimiento", del gran esfuerzo que realizan ellos por el bienestar social mintiendo a la ciudadanía sin ningún pudor.
Incumplen sus leyes, sus compromisos, y lo que más afecta y duele es que se olvidan de la atención que requiere el dependiente y las personas que sufren en su entorno esta problemática.
Nadie debe cuestionar que el cuidado en el entorno familiar, siempre que sea factible, supone un ahorro para la administración y garantiza en la mayoría de los casos una mejor atención a la persona dependiente.