Triunfo de triple valor para el Pontevedra que supera al Valladolid B (2-0) pero pierde de nuevo a Mario Barco
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
Puntos con triple premio para el Pontevedra y un peaje doloroso, la nueva lesión de Mario Barco, que debió abandonar el terreno de juego con una más que probable rotura fibrilar, además de la rigurosa expulsión de Bruno, que obligó a los granates a jugar 40 minutos en inferioridad numérica. El premio, importante, por partida triple: los tres puntos, el gol average particular con el Valladolid B, al que aleja a nueve (10 reales) en la clasificación, y el respiro que le otorga a los de Luisito la derrota de la Ponferradina en Santander, que también aleja a los de El Bierzo a siete puntos.
Luisito apostó por situar al equipo con un dibujo en 4-3-3, con Abel como hombre más cercano a la defensa y Jacobo Trigo y Kevin Presa con mayor libertad para proyectarse a las cercanías del área pucelana, mientras Mateu luchaba contra los centrales y David Añón y Eneko buscaban encarar por las bandas. Le salió bien en el resultado, porque Kevin Presa se convirtió en improvisado goleador, aprovechando su buen disparo lejano, pero no tanto en el juego, en el que el Valladolid B supo presionar a Abel, impidiéndole recibir con comodidad y obligando a los granates a sacar el balón en largo, lo que les hacía perder la posesión al imponer también la zaga visitante su superioridad en el juego por alto.
Sin tiempo casi ni para ver si la apuesta del técnico de Teo daba resultado, Kevin Presa abría el marcador, con la fortuna como aliada. La llegada del centrocampista a la frontal del área termina con un disparo que da en Arroyo cambiando la trayectoria y despistando a Tanis para terminar en el fondo de la portería.
Pero lejos de asentar el juego local, el gol provocó el efecto contrario. El Valladolid B se hizo con el control del partido, ganando la zona ancha y pasando a dominar territorialmente. La presión visitante consiguió desconectar a Abel de sus compañeros de línea y únicamente las galopadas de Eneko por la izquierda o el empuje de Miguel por la derecha, hacían muy de vez en cuando que el Pontevedra llegase al área rival, pero sin generar peligro.
Haciendo gala de buen trato con el balón, el Valladolid dominaba, pero tampoco inquietaba la meta pontevedresa, limitando su dominio a disparos lejanos sin gran peligro, salvo uno de Dani Vega, ya casi finalizando el primer tiempo, que Edu desvió como pudo.
Luego llegaría una fase de apuros para los locales, más por indecisiones y nervios a la hora de sacar el balón, que a punto estuvo de costar el empate, pero de la que el Valladolid no sacó provecho, al contrario, acabó recibiendo el segundo gol, fruto de una genialidad de Kevin Presa, que de nuevo se acercó al área visitante para esta vez, desde unos 25 metros, soltar un sensacional disparo cruzado, que se coló a media altura sin que Tanis pudiese hacer nada. Con muy poco, el Pontevedra se iba al descanso mandando en el marcador.
Nadie podía imaginar lo que sucedería en los primeros 15 minutos tras la vuelta de vestuarios. Los granates salieron mucho mejor, con más tranquilidad y pasaron a dominar, tanto que casi sentencian el partido con un tercer gol que evitó el defensor visitante Arroyo, sacando bajo palos un balón que se colaba. Fue justo antes de que el árbitro dejase con uno menos a los granates, expulsando a Bruno en una acción de juego peligroso, en la que levanta demasiado el pie impactando en la cara de un contrario. La amarilla era clara. La roja pareció excesiva.
Tocaba reorganizar el equipo. Jacobo Trigo pasó a central, mientras Kevin Presa y Abel ahora tenían que cerrar huecos. Pero las desgracias locales no se habían terminado. Mario Barco, que había sustituido a Mateu, sintió un pinchazo en los isquios de su pierna izquierda. Inmediatamente se llevó la mano a la parte posterior del muslo y el médico del equipo pidió al banquillo el cambio. Las sensaciones apuntan a una lesión fibrilar del delantero riojano, poco más de dos semanas tras su reaparición.
De nuevo Luisito se veía obligado a reorganizar el equipo. Y menos mal que no había realizado el cambio que tenía preparado retirando a Añón, que pasaba a la punta de ataque, entrando Álex González. El Valladolid dominaba, pasando a defensa de tres, pero la zaga local se defendía con orden y criterio, sin permitir opciones al cuadro castellano, que se estrellaba al llegar al área. Incluso las ocasiones más claras fueron granates, especialmente una de Álex González, que sería la pesadilla de los visitantes, con una volea desde la frotal, que obligó a Tanis a lucirse para mandar el balón a corner.
El sufrimiento de los aficionados debió terminarse antes, cuando David Añón robó un balón, regateó a Calero y se marchaba sólo siendo derribado por el central visitante en la frontal del área. Era una opción de tarjeta roja clara, pero el rigor que antes había empleado con Bruno lo transformó el colegiado canario en benevolencia para el pucelano, dejándolo en una simple amonestación, ante el enfado del público.
Dio lo mismo. Los de Luisito hicieron un ejercicio memorable de supervivencia y generosidad en el juego, achicando espacios y mirando a su rival a la cara tan pronto podían irse arriba. Si en la primera parte el premio había sido excesivo, en la segunda el Pontevedra mereció con creces la victoria.
PONTEVEDRA CF (2): Edu; Miguel, Portela, Bruno, Bonilla; Jacobo Trigo, Abel, Kevin Presa; David Añón, Mateu (Mario Barco, minuto 50) (Álex González, minuto 59) y Eneko (Mouriño, minuto 73).
REAL VALLADOLID B (0): Tanis; Arroyo, Calero, Mario, Manel Royo (Sinisterra, minuto 68); Renzo (Iván Martín, minuto 46), Mari, Rai, Samanes (Corral, minuto 80); Higinio y Dani Vega.
Árbitro: Alexander González González (Tenerife), auxiliado en las bandas por Yeray Hernández Barrera y Airán Fariña Delgado. Expulsó con roja directa al jugador local Bruno (minuto 53). Amonestó a Miguel y Kevin Presa, por el Pontevedra, y a Samanes y Calero, por el Valladolid B.
Goles: (1-0) Minuto 8: Kevin Presa. (2-0) Minuto 44: Kevin Presa.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón. Unos 2.000 espectadores. Los jugadores del Pontevedra saltaron al campo luciendo una camiseta de apoyo a la campaña de mecenazgo para la investigación sobre la biopsia líquida. Con anterioridad al inicio del partido, la Agrupación Norte 1941, integrada por aficionados y Peñas del club granate, organizó una 'sesión vermú' en los accesos de la grada de Tribuna, donde un elevado número de seguidores disfrutaron de un 'pulpeiro', comida y bebidas además de juegos e hinchables para los más pequeños.
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